Datos personales

Mi foto
El autor (Miguel Etchandy) es Sommelier.Profesional (2004). Editor de revista digital Cava Privada News, y Director de Cava Privada Club de Vinos (www.cavaprivada.com.uy)

viernes, 25 de diciembre de 2015

Último Vino Recomendado del Año de Museo del Vino

Touriga Alta Reserva 2013 . Bodega Giménez Méndez

Touriga, cepa de origen portugués, insignia de los grandes vinos tintos del D'Ouro, entre ellos los afamados Oporto.
En Uruguay, la variedad tiene poca presencia en las etiquetas de vinos uruguayos, aunque viene logrando  -como denota este caso- muy buenos resultados.
Vino de color rojo rubí muy intenso, con reflejos de tonalidad mora.
En nariz presenta gran intensidad de aromas, predominando las notas de frutos rojos, cassis, de frutas dulces pasificadas y confitadas, de vainilla y madera de roble.
En boca su entrada es dulce y sedosa, para luego mostrar su refrescante acidez. Es intenso, profundo, equilibrado, De taninos sedosos y bien marcados. con una permanencia media a larga. En el final de boca resaltan las notas de humo y pan tostado.
Vino de estirpe, de gran presente y también con un importante potencial de guarda.
Acompaña por su corpulencia, platos de sabor intenso y largas cocciones, así como todo de tipo de pastas y carnes rojas.

Miguel Etchandy
Sommelier Profesional
Director Responsable

Museo del Vino

jueves, 24 de diciembre de 2015

Si pudieras elegir a cualquier persona en el mundo (cualquiera, la que fuera) ¿A quién elegirías para un momento único y compartiendo qué bebida?"


por Miguel Etchandy
(publicado en Revista Bebidas & Cía/ Edición Diciembre 2015)


Tamaña temática la elegida por la dirección de la revista en esta última edición del 2015.

La verdad que si tuviera la lámpara de Aladino, y pudiera elegir cualquier persona del planeta para un momento único, es algo que jamás había pensado. Pero sin dudas, la persona que elegiría sería, alguien con la suficiente sensibilidad para comprender, interpretar, describir y por supuesto disfrutar de un momento de placer, más allá de la bebida, del lugar y la situación.

Alguien que pueda disfrutar de lo más infimo, así fuera la mejor o no de las bebidas posibles, y el lugar ideal o no. Eso poco importaría lo que si cuenta es la sensibilidad, la sinceridad que demuestra la mirada, y la conversación por supuesto. Algo que se aprende en los años trabajando con vinos es a empatizar, a encontrar afinidad con quien se comparte el gusto.

A esa persona no le pondría nombre, ni sexo, edad, nacionalidad, credo, raza, nivel cultural, social, económico, o condición de ningún tipo. Tampoco sería una persona ficticia, se trataría de las muchas personas que cuentan con esa característica y afinidad común. No sería necesariamente un profesional o experto, ni siquiera un entendido, simplemente alguien que en el acierto o en el error pueda tener la capacidad de sentir, de conmoverse.

Respecto a la bebida, bueno sin duda, preferiría un vino añejo, un vino que guarde secretos y encantos a descubrir, con colores, aromas, sabores y sensaciones a revelar, que nos interpele, que nos haga dudar, que nos interrogue, nos ponga a prueba, emocione, que nos 'remueva la tripa' y nos lleve hasta lugares inimaginados, desconocidos y placenteros.

También en este caso, no dejo de pensar que la bebida o el motivo poco importan; y aunque como apasionado del vino disfrutaría al máximo de un gran vino; y por deformación profesional no dejo de pensar en el placer que puede provocar un gran Champagne cuvée, o un antiquísimo Porto o Cognac. Aunque en realidad, lo mismo sería si se tratara del vino más simple e ignoto, o de la bebida también menos glamorosa que pueda existir. Si lo que cuenta por sobretodo, es la compañía y el entendimiento, por qué no? hasta un buen mate, o una simple taza de té o café, puede llenar ese espacio.

El lugar. Vivir un momento así requiere además de la compañía y la bebida, de un ambiente especial, y en ese caso, son muchos los escenarios ideales para llevar a cabo esta situación imaginaria, desde recintos intimos y hogareños, como un living con estufa a leña en invierno, un jardín reverdecido en un noche calurosa de verano, sitios como un pequeño restaurante o bistrot, por qué no una terraza de un bar frente a una plaza o al mar, o en un viaje donde seguramente las emociones afloren.

En definitiva, en cualquier escenario, y sin importar la compañía y la bebida, sin dudas disfrutaría igualmente, si el elemento común son las ganas de pasar un buen momento, y la bebida sirve de excusa para cumplir con ese trivial objetivo.

Por eso vayan mis saludos, en este final del 2015, y mejores deseos para todos aquellos que conservan y comparten esa capacidad de emocionarse y sorprenderse frente a la desnudez a que nos expone una copa de una buena bebida y la compañía elegida.