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El autor (Miguel Etchandy) es Sommelier.Profesional (2004). Editor de revista digital Cava Privada News, y Director de Cava Privada Club de Vinos (www.cavaprivada.com.uy)

lunes, 24 de marzo de 2014

¿Están diseñados los vinos para cualquier tipo de consumidor?


por Miguel Etchandy
(publicado en Magazine 'Bebidas & Cía'/ edición Marzo)


Hay una gran universo de vinos que se producen actualmente en Uruguay como en el mundo. Esto hace que existan caldos para todo tipo de consumidores, de diferente poder adquisitivo, sexo, clase social, edades, países, cultura, raza, etc. etc.

Es verdad que hay vinos sencillos y otros más complejos de comprender, y quizás los bebedores avezados, cuentan con mayor capacidad de discernimiento, y pueden apreciar con criterio lo que es bueno, ya que su bagaje de conocimientos es más amplio, y podrán tener -por supuesto- más elementos a la hora de juzgar la calidad. Pero eso no inhibe la posibilidad a consumidores inexpertos de iniciarse -generalmente- con productos sencillos y fáciles de beber (vinos frutados, aromáticos, frescos y ligeros de cuerpo). Esta sería la principal calificación de los consumidores de vinos: expertos e inexpertos (éstos no siempre son jóvenes, hay personas que se inician en el mundo del vino a avanzada edad).

Un ejemplo de sencillez y complejidad en los vinos, se ve entre los tradicionales vinos europeos (con historia), y los vinos de los países del Nuevo Mundo (vinos ideados con un espíritu más joven y moderno). Los vinos que provienen de denominaciones europeas, están muy atados a costumbres y tradiciones, (y aunque es malo generalizar), ya desde sus etiquetas y también el estilo de los vinos, los convierten en vinos difíciles de aceptar fuera de Europa. En cambio los vinos de los países, llamados del 'Nuevo Mundo', en general se trata de vinos que suelen ser de carácter varietal, que pretendern ser más sencillos y fáciles de comprender. Tanto las etiquetas como el producto final.

Por otra parte, -continuando con la pregunta que titula la nota-, el vino desde los tiempos de la Grecia Clásica, se ha convertido en una bebida muy democrática, a la que pueden acceder personas de todas las clases sociales, razas, sexo, cultura. Obviamente que distintos grupos, sociedades o culturas, podrán aceptar más un tipo de vinos que otros, pero el auge del comercio internacional que se vive hoy (en pleno siglo XXI), hace que los vinos viajen y ofrezcan sus bondades a los pueblos más heterogéneos, en los rincones más recónditos del planeta.

Hay elementos más allá del vino en sí, que juegan un papel fundamental para el consumidor, y es el marketing, publicidad y las etiquetas del vino. Que contribuye a segmentar el público y que orienta a los potenciales consumidores previamente a encontrar el producto de su agrado. Y que sin dudas puede ser un aliado para guiar, sobretodo a consumidores incipientes.

Ahora bien, existe aún una cuenta pendiente de la industria del vino sobretodo en nuestro país, y es el poder seducir a los jóvenes mayores de 18-20 años, que muestran a esta edad preferencia por la cerveza. Quizás sea ésta la gran valla que aún no se ha podido sortear, no hay suficientes vinos o preparaciones con él, que identifique a los jóvenes de hoy. En ese sentido la apuesta debería ser, conseguir seducirlos, con productos que les resulten más cercanos, con presentaciones de etiquetas y publicidades que se acerquen más, al estilo que -muy bien- vienen transmitiendo las marcas de cerveza.