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El autor (Miguel Etchandy) es Sommelier.Profesional (2004). Editor de revista digital Cava Privada News, y Director de Cava Privada Club de Vinos (www.cavaprivada.com.uy)

domingo, 21 de septiembre de 2014

¿Por qué olemos el Vino?

por Miguel Etchandy
publicado en Magazine 'Bebidas & Cía'  (edición Setiembre 2014)

En la cata del vino, recurrimos a los sentidos básicos (vista, olfato y gusto) para poder determinar-evaluar la calidad de los vinos.
A través de la olfacción, podremos determinar con precisión los aromas, que han permanecido encerrados en la botella, en condiciones de reducción. Al abrir la botella, lo que conseguimos es oxigenar el vino, algo muy importante al momento de descubrir los aromas ocultos del vino, por eso también antes de oler, se agita la copa para favorecer la oxigenación.
Esos aromas que percibimos en un vino nos darán información muy precisa si se cuenta con entrenamiento, o mucha experiencia, en la degustación de vinos.
En primer lugar nos harán saber si un vino cuenta con algún defecto. Los defectos más comunes en vino, corcho, humedad, TCA, brettanomyces, acetificación, reducción, oxidación y otros, pueden identificarse cuando olemos el vino.
Por otra parte podremos distinguir los aromas que hacen a la calidad de un vino. En el vino se pueden encontrar unos 800 olores distintos. Obviamente que, es imposible reconocer todos ellos, independientemente de la habilidad en la materia, y del entrenamiento. Todas las personas tenemos más facilidad para reconocer algunos aromas más que otros, y depende también la intensidad de éstos, para que puedan ser descubiertos.

Los aromas que podemos encontrar en un vino, pueden ser de distinto tipo: frutales, florales, vegetales, especiados, herbáceos (a este grupo se los conoce también como aromas primarios). Son los olores que provienen de la o las variedades de uva que integran un vino. Cabe recordar que todas las cepas tiene descriptores aromáticos, es decir características organolépticas que las identifican y diferencian entre sí.
Luego tenemos los aromas de tipo secundario, son aquellos que no provienen de la o las variedades de uva que aparecen en el vino, sino que provienen de la fermentación del vino. Los más reconocibles son: notas de alcohol proveniente de la fermentación alcohólica,  notas lácticas originadas por la fermentación malo-láctica, y notas de levadura originadas por las levaduras agregadas para provocar la fermentación.
Finalmente tenemos el grupo de aromas terciarios, son los originados por la crianza en madera. Estos aromas suelen ser muy diversos, pero las notas de caramelo, vainilla, pan tostado, chocolate, humo, tabaco, café, madera de roble, etc. son las más típicos.

En síntesis, cuál es la respuesta a la pregunta ¿por qué olemos el vino?
Dos son las respuestas más correctas, primeramente para descartar defectos, y luego para disfrutar a pleno la experiencia, y la calidad del vino que vayamos a beber.
 

miércoles, 10 de septiembre de 2014

VINO RECOMENDADO - Cabernet Sauvignon Roble 2014 de Bodega Pizzorno

 
VINO RECOMENDADO - MUSEO del VINO -   
Cabernet Sauvignon Roble 2014 – Don Próspero/ Bodega Pizzorno
(Región: Canelones /Uruguay)

Su color es rojo rubí intenso y profundo. La apariencia nítida y seductora.
En nariz predominan las intensas notas de frutas rojas y cassis, sobre un fondo de aromas de madera y trufas.
En boca tiene una entrada agradable, con una acidez marcada y refrescante. De gran estructura, corpulencia; y taninos suaves y moderados. Con un final de recuerdos de notas humo y tostado.

Miguel Etchandy
Sommelier Profesional

martes, 2 de septiembre de 2014

Los 'Vinos de Autor' en Uruguay

por Miguel Etchandy
publicado en Magazine 'Bebidas & Cía' (edición Agosto 2014)

Los llamados 'vinos de autor' son aquellos vinos en los que el enólogo o elaborador le imprime un carácter distintivo, que tiene que ver con su personalidad, su gusto personal, que apela más a la emotividad, y a diferenciarse, utilizando o no, las prácticas enológicas más tradicionales y/o de moda.

En la región algunos 'wine makers' internacionalmente reconocidos han logrado imprimir su sello a sus vinos y han conseguido posicionarse como elaboradores con grado de distinción. Los casos más conocidos son el francés Michel Roland, el italiano Alberto Antonini, y el norteamericano Paul Hobbs. Los 3 han comenzado asesorando y trabajando en Argentina fundamentalmente, y actualmente también lo hacen en Uruguay en distintos emprendimientos; Roland asesora a Finca Narbona (de Carmelo), Alberto Antonini es el jefe de enólogos de Bodega Garzón (Maldonado) y Paul Hobbs (recientemente ha sido presentado como asesor de los vinos de alta gama de Familia Deicas)

En Uruguay este concepto de 'vinos de autor,' no ha calado demasiado hondo, quizás porque el país siempre ha mantenido una gran diversidad, en cuanto a los diferentes estilos de elaboración, por parte de las diferentes bodegas y familias esparcidas en todo el territorio del país.
No olvidar que un altísimo porcentaje de las bodegas uruguayas, continúan en manos de capitales nacionales, y son bodegas de carácter familiar, que han conservado y transmitido la tradición en la elaboración de vinos de generación en generación.
Si tuviéramos que rotularlos a estos vinos, podríamos llamarlos 'vinos de familia' o 'vinos de tradición'. Esta realidad, aún presente en los vinos uruguayos, no es algo demasiado frecuente que suceda en el mundo vititivinícola. Los apellidos que hoy encontramos en la mayoría de las marcas y etiquetas de vinos uruguayos, se trata de bodegas que hace muchas generaciones vienen produciendo vino.
Los más reconocibles son: Irurtia y Zubizarreta en Carmelo, Falcone en Paysandú, Pisano en Progreso, Carrau en Colón, De Lucca (El Colorado), los Stagnari , Toscanini, Giménez Méndez, Traversa, Pizzorno, Toscanini, Etcheverry (Castillo Viejo), Varela Zarranz, Ariano, Marichal, Chiappella, Fallabrino, Spinoglio, etc. etc.

En fin, sin lugar a dudas, este caudal de bodegueros-autores, es un capital aún mayor, con el que el país cuenta, que el concepto de 'Autor', porque esa tradición transmitida de generación en generación, es algo intangible, imposible de repetir, de imitar o copiar, está en el ADN, de cada una de las familias bodegueras uruguayas, que conocen a la perfección sus tierras, viñedos, maquinaria, vinos y las particularidades en la elaboración. Cosa que le da ese carácter único a nuestros vinos. Quizás como uruguayos no valoremos esta singularidad, pero en el mundo sí se valora lo exclusivo, familiar, artesanal, lo particular y diferente, ya que implica un valor agregado, en oposición a los vinos masivos, de escala industrial, y de carácter -prácticamente- homogéneo. Y lo más importante de este gran diferencial que ofrecen los vinos uruguayos al mundo, es que no es marketing, efectivamente es así, es la realidad -por suerte- aún vigente, construída en base al trabajo, esfuerzo y tesón de cada una de las distintas generaciones de familias bodegueras.